Opinión

Responsabilidad ante el presupuesto

Por Lucas Fiorini Concejal de Crear

 

El presupuesto es una herramienta básica para el municipio y el intendente, por eso hay que ser responsables y prudentes cuando lo evaluamos y, sobre todo, al decidir su suerte. No se puede quitar livianamente este instrumento de gobierno porque no se es parte del mismo con la premisa de complicarlo. Es lógico que la impronta del presupuesto, determinando dónde y cómo priorizar los gastos y recursos, la determine el ejecutivo de turno: para eso fue electo por la gente, y hay que respetar la voluntad popular. Esto no quiere decir que uno comparta todo, pero la gobernabilidad se construye con un mínimo de buena fe y actitud democrática.

Lo más importante del presupuesto, una vez establecido, es que finalmente se cumpla y ejecute, evitando que no termine en meras intenciones y letra muerta. Lamentablemente en los últimos años esto es lo que ha sucedido: tanto con este gobierno como por el anterior fue demasiado alterado al momento de hacerlo realidad. Y no son las únicas similitudes entre el pasado y el presente. De hecho el esquema presupuestario de Arroyo y Pulti no tiene grandes distancias, parecen continuidades ajustadas por inflación.

Es cierto que ahora al menos se intenta ser más realista, pero no ha existido aún un cambio profundo y radical en el rumbo local, empezando por el estado municipal que sigue corriendo detrás de las urgencias sin que las soluciones de fondo se encaren. Igualmente, más allá de las diferencias, hay que ponerle el hombro a la ciudad y dejar de especular con el fracaso: no compartimos posturas signadas por la mezquindad política.

Claramente no es el presupuesto que hubiéramos hecho nosotros, pero hay que respetarlo. Desde nuestro espacio pedimos algunos cambios e incorporaciones, como también lo hicieron otras fuerzas políticas. Intentamos ser, como siempre, claros, puntuales y posibles en las modificaciones, las cuales para nosotros apuntan paralelamente a mostrar cuestiones simbólicas que deberían ser el eje de un futuro gobierno. Buscamos mejorar y plantear otras prioridades, olvidadas ayer y hoy, sabiendo a la vez que nosotros no somos los titulares del Ejecutivo. De esta forma solicitamos modificaciones (en el marco de varias que fueron presentadas por diferentes bancadas): el oficialismo las agregó y por eso acompañaremos. Es así en las instituciones y prácticas democráticas.

Inversiones y reestructuración

¿Qué quisimos dejar planteado este año (en el 2015 por ejemplo incorporamos más recursos en seguridad y atención primaria de salud, entre otros)? Hay dos ejes grandes sobre los que debemos trabajar para sacar adelante la ciudad, y en los que seguiremos insistiendo tal como lo venimos haciendo año tras año (creemos que hay una función pedagógica que tiene también la dirigencia y que si se tienen convicciones hay que practicar): el primero es fomentar inversiones en la ciudad que concreten el enorme potencial hoy desperdiciado que tiene General Pueyrredon, y el segundo apunta a reestructurar el estado municipal para que llegue con servicios y respuestas al vecino que hoy lo siente ausente.

Es un marco, que implica muchos cambios anhelados, pero recordemos que no somos aún gobierno. Lo posible dentro de esta herramienta que hoy discutimos y que logramos incluir, en el eje producción y trabajo (que es el principal problema socioeconómico que nos afecta), fue empezar de una vez con las mejoras que necesita el Parque Industrial, que tiene demasiadas empresas esperando para radicarse allí, que quieren venir, que las necesitamos con urgencia, pero que no pueden hacerlo porque hace años no se realizan inversiones públicas en infraestructura que permitan su ampliación. Criminal tanta miopía. Gracias a las modificaciones hechas al presupuesto se incluyeron casi 30 millones de pesos en este sector vital pero pospuesto año tras año. Esperemos sea el empujón inicial para priorizar con inteligencia la creación genuina de empleo que tanto requerimos.

Y en cuanto a la modernización que requiere el Estado municipal, un punto central es la descentralización, esto es acercar a los distintos barrios de la ciudad ese estado municipal que muchas veces se encierra en la calle Yrigoyen (estado, en su instancia local, que debería ser el más cercano y amigable para el vecino). Incluimos un aumento de 7 millones de pesos para las sociedades de fomento, esto es un 35% más de lo previsto originalmente en el presupuesto, 10 millones más para las delegaciones afectados a arreglo y mantenimiento de calles, y 1 millón más de pesos para pagar deudas del presupuesto participativo, que es una herramienta excelente totalmente subejecutada por el gobierno anterior y dejada de lado por el actual.

Por supuesto que estas reformas no son todo lo que pretendemos y tienen mucho de simbólico tal como señalamos, pero creemos que muestran otro camino. Ha sido positivo que el ejecutivo actual escuche e incorpore cuestiones razonables planteadas por diferentes fuerzas. El diálogo bien entendido puede ser un camino para salir del atolladero en que se encuentra hace años la ciudad. Si logramos estos avances y concretar otros que en el día a día se van planteando, como reactivar el Parque Informático (ya solicitado por múltiples actores y que esperemos se retome urgente), es posible vislumbrar un mejor futuro para todos.

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